9/23/2013

Homenaje a Pablo Neruda


Hoy recordamos un año más del fallecimiento de este gran exponente de la poesía chilena, Pablo Neruda, y como lunáticas que somos no queríamos dejar pasar la fecha sin hacer mención a nuestras poesías favoritas de él.

A modo personal, considero que sus poesías son mágicas... cada una inspira sentimientos distintos y muchas veces encontrados en mi vida, y es increíble que haya admirado todo en la vida. Como Sabaana me decía, ama la vida tanto como yo la amo, y creo que es por eso que me gusta tanto. El que Neruda se maravillara con cada pequeño detalle de la creación lo hace verdaderamente admirable. 

Ahora los favoritos de las lunáticas!

Farewell





Desde el fondo de ti, y arrodillado, 


un niño triste, como yo, nos mira. 

Por esa vida que arderá en sus venas 
tendrían que amarrarse nuestras vidas. 

Por esas manos, hijas de tus manos, 
tendrían que matar las manos mías. 

Por sus ojos abiertos en la tierra 
veré en los tuyos lágrimas un día. 


Yo no lo quiero, Amada. 

Para que nada nos amarre 
que no nos una nada. 

Ni la palabra que aromó tu boca, 
ni lo que no dijeron las palabras. 

Ni la fiesta de amor que no tuvimos, 
ni tus sollozos junto a la ventana. 


(Amo el amor de los marineros 
que besan y se van. 
Dejan una promesa. 
No vuelven nunca más. 

En cada puerto una mujer espera: 
los marineros besan y se van. 

Una noche se acuestan con la muerte 
en el lecho del mar). 


Amor el amor que se reparte 
en besos, lecho y pan. 

Amor que puede ser eterno 
y puede ser fugaz. 

Amor que quiere libertarse 
para volver a amar. 

Amor divinizado que se acerca 
Amor divinizado que se va. 


Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos, 
ya no se endulzará junto a ti mi dolor. 

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada 
y hacia donde camines llevarás mi dolor. 

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos 
un recodo en la ruta donde el amor pasó. 

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame, 
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo. 

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. 
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy. 

...Desde tu corazón me dice adiós un niño. 
Y yo le digo adiós.





Poema 15





Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo. 

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



Poema 20




Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.




Espero los hayan disfrutado tanto como nosotras! Si quedaron con gusto a poco, pueden pasar a revisar todos sus poemas, poesías, odas y cantos en este enlace


Almendroide.




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